La imagen del pastor Carlos Reyes que da bienvenida al Boston International School, parece ser testigo fiel de que 21 años después, la visión que tenía de abrir un plantel con alto nivel académico, bilingüe y con educación cristiana se ha hecho realidad gracias al liderazgo de sus hijos Luz Danis, Íngrid y David, guiados siempre de la mano de su mamá, Dilia de Reyes.

El proyecto, que comenzó con ocho estudiantes de preescolar, y que hoy supera los 1.000, ha dado resultados tan exitosos, que la comunidad educativa recibió esta semana una de las noticias más esperadas: el colegio es el tercer mejor del país con base a los resultados de las Pruebas Saber 11, y el primero en matemáticas, como lo anunció el Icfes.

El promedio total de la institución barranquillera fundada en 2002, fue de 78.4, solo superado por el Colegio Bilingüe Divino Niño (80.6), de Bucaramanga, y el Colegio Bilingüe Diana Oese (78.6), de Cali.

Además de su mamá, la pastora Dilia de Reyes, cofundadora del plantel, el trabajo en equipo lo integran Íngrid Reyes, directora académica; David Reyes asesor estratégico; Farid Arana Zea, directivo pastor Capellán, y Alejandro Orjuela, director de proyectos.

Para ‘Kika’, como llaman por cariño a su rectora, y el director de proyectos, Alejandro Orjuela, este nuevo reconocimiento hace parte de un gran trabajo en equipo que integran, además de las directivas, coordinadores, docentes, padres de familias y los alumnos, proceso que comienza desde el prescolar.

“Es que aquí no se matriculan los niños y jóvenes, sino familias enteras. Esta nueva distinción fue primero que todo, gracias al Señor, y a la visión que tuvo mi padre, legado que todos los días ponemos en práctica”, asegura Luz Danis desde la sede de la calle 73B # 39 – 142.

“Somos una institución que forma integralmente, no solo en lo cognitivo, sino formación integral porque estamos comprometidos con ese ser”.

De la mano de su padre, fallecido en el 2003, arrancó un año antes el sueño de fundar un colegio cristiano “para los hijos de los hijos de Dios, pero también, que sea de excelencia académica, bilingüe. Fue una historia revelada por Dios al corazón de mi padre”.

Pero, ¿cuál es la clave para hacer parte del top de los mejores colegios privados del país? es la pregunta obligada de Zona Cero para la rectora.

Explica que el proceso de excelencia arranca desde el prescolar, luego en básica primera y finalmente, la secundaria.

El esquema contempla reuniones horizontales y verticales en la que se evalúan todos los procesos académicos, los ejes temáticos y todo lo relacionado con las actividades rectoras.

“Ya en la básica primaria y secundaria la intervención es en cada materia, que está basada en la palabra del Señor, donde todo habla, la Biblia”.

Del proceso hacen parte el entrenamiento de maestros con la participación activa de padres y estudiantes.

“Es que cuando un padre de familia matricula en el Boston, entiende que no solo lo hace para la primera infancia, sino que es un proceso que termina en once grado. Es decir, entiende que sus hijos entran a un programa pedagógico teocéntrico. Allí comienzan a vivir todas las experiencias de aprendizaje, una pedagogía que aplicamos en cada una de las fases para entrenarlos”.

La rectora explica además que de manera permanente ponen en práctica el entrenamiento cruzado mediante el cual analizan cada una de las asignaturas y de qué manera pueden seguir enriqueciéndola didácticamente.

Aquí –añade- juega papel fundamental el análisis y la autoevaluación de cada proceso, de tal manera que cuando algo hay que mejorarlo, la intervención es inmediata.

De los resultados en matemáticas, en los que lograron el primer lugar, cuenta que empezaron los refuerzos cuando detectaron que el índice de pérdida era altísimo.

“Los niños tenían mucho temor de las matemáticas, entonces empezamos a revisar nuestros programas, de tal manera que hoy por hoy, aprenden matemáticas desde prescolar, se enamoran de los números”.

Cuenta que en estos resultados ha sido fundamental el que el colegio dejó de trabajar con currículos tradicionales que reemplazaron por habilidades matemáticas.

Así las cosas, los docentes tienen su propio material didáctico y sus guías de trabajo.

“Cuando quieren llegar a undécimo grado, ya van muy bien entrenados, porque entre otros, los egresados también participan y entregan recomendaciones sobre cómo podemos seguir mejorando”.

“El colegio que cree que todo lo logró, perdió. El Boston International School está en continuo mejoramiento”, añade.

Sobre la enseñanza de un segundo idioma, dice que el plantel está certificado como colegio bilingüe en el país, idioma que se enseña desde el prescolar.

“De aquí salen con C1 y C2, pero al mismo tiempo, tenemos nuestras propias alianzas. Es que en este mundo tan globalizado, el inglés es necesario para la vida. Necesitamos que nuestros niños y jóvenes aprendan a hablar inglés, a comprenderlo, escribirlo y escucharlo, es el idioma universal”, dice, al tiempo que agrega que también hacen énfasis en el francés.

La rectora del tercer mejor colegio privado del país se siente orgullosa porque el 70% de sus egresados están becados en universidades locales y de ciudades como Bogotá y del exterior, gracias a los resultados académicos, cognitivos y al desarrollo de competencias y habilidades en todas las áreas de su vida, que hace parte de la formación integral que reciben.

 “Ellos salen bilingües de nuestra institución porque somos conscientes que abre muchas puertas”.

Para Isabella Mendivil, de undécimo grado, más allá de los resultados de las Pruebas Saber 11, el mayor reto es que las habilidades y competencias que evalúan en el Icfes les sirvan además para toda la vida.

Alejandro Orjuela, director de proyectos del colegio, después de los excelentes resultados del 2023, el colegio siempre se compara con la misma institución.

“Los estudiantes tienen un reto de alcanzar un promedio de 390 puntos en las pruebas de Estado que son en agosto próximo”.

Esta –dice- es una construcción porque se hace desde la primaria porque la prueba les da como un punto. Yo les digo que es cuando uno se saca la sangre y los médicos le dan unas indicaciones. Así hacemos nosotros. Analizamos las pruebas, pero mirando el retrovisor.

Asegura que si bien el Señor los guía y les da la sabiduría para tomar decisiones, está además el compromiso de toda una planta de docentes y coordinadores que son realmente los gestores del proceso, pero también, el apoyo de los padres a quienes hacen partícipes de ese aprendizaje.

Destaca que esos resultados han sido tan excelentes, que hace tres años firmaron un convenio con la Fundación Tecnoglass para aplicar el modelo pedagógico integral del Boston International School en la Institución Educativa Distrital del barrio Las Flores.

Este laboratorio de excelencia contempla entre otros, la formación de los docentes, la mejora de los currículos, el bilingüismo y la preparación de los estudiantes para las pruebas Saber 11.

“Nos hemos encontrado con un material maravilloso, desde su rectora, las coordinadoras, maestros y estudiantes. Es un contexto en donde encuentran otras dificultades”.

Recuerda que en el 2023, la IED pasó de categoría D a C, de tal manera que el reto ahora es llevarla a la B.

Pero –añade- vamos a llevarlo a la A+ pero que al mismo tiempo, los jóvenes tengan oportunidades, transformando la visión de estos estudiantes que no tienen recursos y que creen que el mototaxismo es la solución. Queremos decirle: vale la pena esforzarte, que estudies y trabajes porque aquí van a encontrar nuevas oportunidades para ellos y sus familias.

Para Orjuela, es este modelo el que va a lograr que bajen los índices de inseguridad y proyectar a Barranquilla a otro nivel.

“Invitamos a todos los empresarios a que se vinculen a este tipo de programas porque el ser humano importa, el dónde está ubicado, y como podemos transformar su entorno”.